Vivir con un ideal

ABRIL 5



Un hombre sin ideal ¡da lástima!

Fracasará en su estudio, en su trabajo, en su acción.

El ideal es una ilusión. No tener ideal es no tener ilusión en la vida. Y no tener ilusión es estar desilusionado.

Y por cierto que debe ser cosa muy triste vivir desilusionado.

Pero no basta que cada uno de nosotros tenga un ideal para su vida. Es preciso agruparnos, que cada conjunto de personas tenga un ideal común a todos.

De lo contrario, cada uno busca su ideal personal de un modo aislado y prescindente.

Si cada uno tiene su ideal prescindente del de los demás, ser una pieza; pero una pieza que no sabrá cómo encaja con las demás.

Pasa toda su vida en el estudio y análisis de las piezas sueltas. Quizá al término de su vida pueda alcanzar a ver cómo encajaban todas las piezas. Es mejor verlo cuanto antes, a fin de gozar de la satisfacción de sentirse útil al conjunto.

El aislamiento de las piezas, las inutiliza.
La trabazón de las mismas, las perfecciona.

Si sufre un miembro, 
todos los demás sufren con él; 
si un miembro es honrado, 
todos los demás toman parte en su gozo"
(1 Cor, 12, 26)

El interés de todos es el interés de cada uno, y el de cada uno es de todos.

Todos para cada uno y cada uno para todos.

Nada humano es ajeno a nosotros. Doloroso o gozoso, todo lo que un hombre sufre o goza en cualquier parte del mundo, es algo que nos debe tocar en lo más íntimo.