FEBRERO 5
Nunca digas: "Lo que está perdido, perdido está".
Es mucho más constructivo que pienses y digas
que lo que está perdido, tú lo puedes encontrar,
y lo que está caído tú lo puedes levantar.
Y esto, tanto en ti como en los demás.
En ti, pues hallarás en tu vida
buenas costumbres perdidas,
buenos hábitos olvidados,
santos propósitos descuidados,
resoluciones no cumplidas.
Todo éso puedes y debes recordarlo,
encontrarlo, cumplirlo;
y en los demás, porque también en ellos
podrás notar descuidos,
hijos no tanto de la mala voluntad,
cuanto de la humana debilidad
y tú puedes y debes
ayudarles a su mejoramiento.
Aunque todo ésto deberás hacerlo:
en los demás, con tacto y caridad
y en ti con firmeza y con constancia.
Desesperar de la bondad de Dios
puede ser el mayor pecado que cometemos
y si esperas en Dios con sinceridad,
todo puede llegar a conseguirse.
Es mucho más constructivo que pienses y digas
que lo que está perdido, tú lo puedes encontrar,
y lo que está caído tú lo puedes levantar.
Y esto, tanto en ti como en los demás.
En ti, pues hallarás en tu vida
buenas costumbres perdidas,
buenos hábitos olvidados,
santos propósitos descuidados,
resoluciones no cumplidas.
Todo éso puedes y debes recordarlo,
encontrarlo, cumplirlo;
y en los demás, porque también en ellos
podrás notar descuidos,
hijos no tanto de la mala voluntad,
cuanto de la humana debilidad
y tú puedes y debes
ayudarles a su mejoramiento.
Aunque todo ésto deberás hacerlo:
en los demás, con tacto y caridad
y en ti con firmeza y con constancia.
Desesperar de la bondad de Dios
puede ser el mayor pecado que cometemos
y si esperas en Dios con sinceridad,
todo puede llegar a conseguirse.
"No es voluntad de vuestro Padre celestial
que se pierda uno de estos pequeños"
(Mt,18,14).
"El Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar
lo que estaba perdido"
(Lc,19,10).