El semáforo de la conciencia

24 de Junio


El hombre es un ser libre y por ser libre tiene conciencia, que le señala cuál es el bien, que su libertad ha de elegir y cuál es el mal, que ha de rechazar.

La conciencia en muchas ocasiones es el semáforo verde, que da paso libre al actuar del hombre; pero otras es el semáforo rojo, que alerta sobre las prohibiciones del paso, del peligro de una colisión moral.

Una ciudad dinámica no puede prescindir de los semáforos regidores del tránsito y el hombre de hoy, atormentado y golpeado por tantos incentivos, no puede prescindir de los semáforos de su conciencia, que permite o prohíbe.

La conciencia es el juicio práctico de la razón humana, iluminada por los altos principios de la ley natural, que es la ley eterna de Dios, participada por la criatura racional. Como en mi ser dependo de Dios, también dependo de El en mi actuar.

"El motivo de nuestro orgullo
es el testimonio de nuestra conciencia,
de que nos hemos conducido en el mundo...
con la santidad y la sinceridad, que vienen de Dios
 y no con la sabiduría carnal,
sino con la gracia de Dios"
 (2 Cor, 1, 12).

 No son los hombres los que en último término deberán juzgarnos, sino el Señor; si El nos aprueba, no importa mayormente que los hombres nos desaprueben: aunque si los hombres, nos desaprueban, debemos examinarnos para ver si Dios nos aprueba.

Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios" de Alfonso Milagro
Meditaciones para cada día del año
Editorial Claretiana .



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