MAYO 31
Al hombre le gusta asomarse a los umbrales del infinito.
Saber ver la huella de la trascendencia de cada cosa y tener por ello el temblor estremecido de quien roza lo infinito.
El soplo permanente del Espíritu lleva a una toma de conciencia de lo humano y de lo divino.
Por lo mismo, ya no se admite un creyente insensible a los abusos y a las injusticias del mundo; no se quiere ya una religión extraña al hombre y al mundo, ajena a la construcción de un mundo nuevo y mejor.
Se experimenta con fuerza el sentido del hombre, y esto es bueno; pero puede no abrirse lo bastante al sentido de Dios, y esto está sucediendo con frecuencia en el mundo de hoy: de tanto buscar al hombre por el hombre, hemos terminado perdiendo a Dios y no hallando al hombre;mientras que si buscáramos a Dios lo hallaríamos a El y en El no sencontraríamos con el hombre.
"A los hambrientos colmó de bienes
y a los ricos despidió vacíos"
(Lc, 1, 53)
Dios se sirve de los hombres; en consecuencia, Dios dará pan a los hambrientos através de los otros hombres que no están hambrientos; éste es el plan de Dios; no lo frustres en cuanto está de tu parte; asume tu responsabilidad.
Siempre seré antorcha que da luz;
en mi interior un hombre nuevo soy;
prometo ser apóstol del Señor;
en todos mis hermanos
volcaré todo mi amor.